Barnizar maderas estaba relegado históricamente a las manos y al oficio del ebanista y de los restauradores profesionales. Era un mundo repleto de trucos cuyas mañas sólo conocían ellos. De hecho, siguen siendo los sabios por excelencia, porque sus conocimientos procedían de un proceso de aprendizaje ancestral, dado que el oficio lo heredaban de sus padres, y estos, de los suyos.
Una cadena de clanes artesanos del embellecimiento y de la reparación de las maderas más nobles. Sus conocimientos sobre los diferentes tipos de maderas, contribuía a aumentar la habilidad para aplicar los tintes naturales y para la posterior terminación, de donde salían trabajos de alta excelencia. En tiempos pretéritos, la técnica de aplicación se ceñía al manejo de la gomalaca y de la muñequilla de algodón.
Hoy en día algunos artesanos siguen utilizando esta práctica, pero en el campo profesional las lacas nitro, el compresor y la pistola ha agilizado los tiempos de desarrollo del barnizado en los talleres profesionales e industriales. Y los resultados también son de gran calidad. Por los que muchos de esos maestros han cambiado, excepto en casos expresos y muy exclusivos, la muñequilla histórica y los pinceles por el trabajo mecánico.
Barnizar un mueble nuevo, o rebarnizar uno antiguo, no es algo que esté al alcance de cualquiera, requiere unos mínimos conocimientos y cierta práctica; en cambio, las diferentes lacas y barnices que ya forman parte del conjunto de productos actuales, facilita el trabajo incluso para los más neófitos. Cualquier persona con cierto manejo en el uso de la brocha puede alcanzar terminaciones sorprendentes gracias a las características de estos materiales y a sus propiedades. Nosotros, para estos casos recomendamos productos acrílicos. Barnices, tintes y lacas que se diluyen al agua, sobre todo para muebles cuyo destino es el interior de la casa; aunque la gama cuenta con acrílicos de suma resistencia para exteriores, incluso para suelos, con filtros solares U.V.
La densidad de estos materiales, como decimos, se puede diluir con agua; sólo tenemos que remover bien el producto para unificar su espesor, así la madera no cogerá más cuerpo por determinadas zonas. Las características que hoy en día ofrecen las lacas, los tintes y los barnices acrílicos son las idóneas para que te atrevas tú mismo o tú misma con el proyecto que tengas entre manos. Recuerda, que estos materiales son de alta calidad, por lo que las terminaciones también son excelentes, protegen con garantía durante años, nutren la madera, y una vez tomado cuerpo en el mueble se limpian fácilmente con un trapo húmedo o con cualquier producto específico.
Si has adquirido un mueble en madera virgen o quieres rejuvenecer uno antiguo sin ser un experto en la materia, en Pinturas El Cerro te damos las claves para que consigas un buen acabado. Nosotros contamos en nuestra tienda con las mejores marcas.
Te adelantamos algunos consejos básicos:
- Si el mueble está en madera natural:
Repara los arañazos, picaduras o nudos con cera teñida o con emplaste especial para maderas (ya vienen preparados en diferentes tonos); luego lija bien todo el mueble en la dirección de la veta, para no rayarla, pasándole primero una lija fina. Si tu propósito es oscurecer la madera, aplícale un tinte al agua con el tono deseado. Este proceso lo puedes repetir varias veces según sea la intensidad que estés buscando. Deja que seque bien siguiendo las indicaciones del fabricante, y una vez seco aplícale una capa de tapaporos para fijar el tinte y evitar más absorción de la necesaria. En este caso, el secado tiene un tiempo inferior. Vuelve a lijar con esmero, elimina los restos de polvo con un trapo húmedo, y finalmente, aplica el material de terminación. Por lo general con dos capas será suficiente para que la madera quede bien nutrida. Pero para garantizar un suave acabado, vuelve a pasar la lija entre capa y capa. La gama de acrílicos dispone de lacas y barnices mate, satinados y brillo. Elige el que más te guste, y termínalo con una brocha de cerdas suaves, extendiéndolo bien por todas las partes siguiendo siempre, esto es importante, la dirección de la veta.
- Si el mueble ya está barnizado:
Si tu proyecto es la recuperación de un mueble que ya tenías en casa y deseas rejuvenecerlo, comienza lijándolo bien por todas las partes para abrirle el poro (recuerda seguir siempre el sentido de la veta); repara las zonas que tenga dañada con cera teñida o con emplaste para madera del tono que más se ajuste al color original (como hemos dicho más arriba, ya vienen preparados). Finalmente, aplica con una brocha de cerdas suaves una o dos capas. El número de manos dependerá del estado del mueble, pero no olvides pasar una lija fina entre una capa y otra para alcanzar una terminación más fina.
Para alcanzar tu objetivo, sólo queda ponerle interés, paciencia y cariño. Atrévete y no coartes tu creatividad.